
El miliciano del 5-B se monta en el ascensor, ya ocupado por los vecinos del 11-C, una pareja a la que tiene identificada como escuálida, porque cree que los vio salir con gorra tricolor durante las marchas de hace algunos años. Ella comenta que “la lluvia está fuerte” y él le contesta que arreciará, porque una onda tropical atraviesa el país. El combatiente se siente en la obligación de cumplir la orden superior de “reportar todo lo que ve, reportar todo lo que oye”. Entiende el mensaje en clave: lluvia significa gringo; y arreciará, invasión. La guerrilla revolucionaria y comunicacional debe actuar. Apenas abandona el elevador toma el móvil, entra en la aplicación e informa a los altos mandos sobre el apoyo que sus vecinos están dando al imperio. Suposición que, además, se sustenta por la visita los domingos de un catire (que en realidad es el cuñado) que no parece de aquí; y por la propensión de la pareja a recibir deliveries en cajas que, más que pizzas, parecen contener material subversivo.
Hasta aquí un cuento, bastante poco original, por cierto. El sapeo es tan antiguo como la humanidad misma. “Acusetas” llamaban en la escuela a los niños que denunciaban lo que hoy, muy anglosajonamente, se conoce como bullyng. Pero son los regímenes que se autoproclaman como revolucionarios los que muestran la miserable propensión a incentivar a los “chivatos”.
Con su llamado a crear una plataforma para el sapeo (incorporando, por cierto, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en el manejo de la información), Maduro resucitó la aplicación VenApp, que existe desde 2022. Cabe recordar que, después de las elecciones de 2024 y la represión subsiguiente, organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, denunciaron que esa aplicación se estaba empleando para instar a la población a delatar a manifestantes antigubernamentales. La entidad defensora de los derechos humanos destacó que el propio Maduro alentó a la población a denunciar a los manifestantes que cuestionaban su reelección. Maduro dijo: “Vamos a abrir una ventana especial de la página VenApp que utilizamos para el 1x10 del buen gobierno, con la página 58, ahora se va a abrir una especial para toda la población venezolana para que ahí de manera confidencial me pongan los datos de todos los delincuentes que han amenazado al pueblo, que han atacado al pueblo, para ir por ellos, para que haya justicia”.
Parece ser lo mismo que intenta ahora. Recordarles a sus acólitos que el sapeo es permitido y aplaudido. Que debe ejercerse las 24 horas del día, aunque caer tan bajo sea a título gratuito. Todo eso sin importar las consecuencias para la convivencia vecinal y familiar. Nadie se atreverá a reportar que “vio” cómo suben los precios en el mercado; ni que “oyó” el lamento colectivo cuando pagan la pensión. Solo serán humanos que recelarán de otros humanos con carta blanca para estropearles la vida, aunque a la hora de la chiquita tengan más en común de lo que creen y que empieza por vivir en el mismo país, en el mismo pueblo, en la misma urbanización y que probablemente tengan hijos que juegan en el mismo parque, ajenos a esas miserias.