A última hora de la tarde del viernes 11 de septiembre de 1942, el Consulado español en Nueva York, en el 515 de la Avenida Madison, recibe una carta escrita a lápiz y dirigida al cónsul con carácter muy urgente. «Suponemos que habrá recibido, por lo menos, una de las tres cartas que le hemos enviado. Dentro de unas horas nos trasladan del vapor Maaskerk, holandés, a un lugar llamado La Batería, creemos que aquí mismo en el puerto...», empieza la misiva. La remiten desde el mismo barco, en el p
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