Donald Trump puso a Elon Musk al teléfono durante una llamada con Volodímir Zelenski

La futura Casa Blanca

La participación del multimillonario en la conversación de ambos líderes indica que podría jugar un papel importante, también, en la política exterior de la futura administración

Republican presidential nominee former President Donald Trump hugs Elon Musk at a campaign rally at the Butler Farm Show, Saturday, Oct. 5, 2024, in Butler, Pa. (AP Photo/Evan Vucci)

Evan Vucci / Ap-LaPresse

La implicación de Elon Musk en la futura administración de Donald Trump, más allá de su importante ayuda durante la campaña, ha comenzado a tomar forma cuando faltan más de dos meses para la toma de posesión.

Desde su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida), el día después de su arrolladora victoria en las urnas, el presidente electo estaba hablando por teléfono con el líder ucraniano Volodímir Zelenski cuando, después de que este pusiera en valor la importancia del sistema Starlink para sus tropas, Trump decidió pasarle el móvil al propietario de la empresa, según ha avanzado el portal digital Axios y han confirmado otros medios estadounidenses.

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Aunque no han trascendido muchos detalles sobre la conversación, más allá de que Zelenski se mostró “tranquilizado” por lo que escuchó durante la llamada, de unos 25 minutos, esta revelación indica que el papel de Musk en el futuro gobierno podría ir más allá de su prometido cargo destinado a “reducir el gasto público”. 

Tras la llamada del miércoles, Zelenski felicitó al republicano a través de X, también propiedad de Musk, “por su histórica victoria aplastante” y añadió que “su tremenda campaña hizo posible este resultado”. El presidente de Ucrania subrayó la reunión que mantuvo con Trump en Nueva York en septiembre, en la que “discutimos en detalle la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos, el Plan de Victoria y las formas de poner fin a la agresión rusa contra Ucrania. Valoro el compromiso del presidente Trump con el enfoque de 'paz a través de la fuerza' en los asuntos internacionales”, afirmó en su publicación.

El sistema de internet por satélite Starlink –fabricado por SpaceX, una de las empresas fundadas por el hombre más rico del mundo– ha sido una ayuda imprescindible para Ucrania en su resistencia frente a la invasión rusa. Sus tropas dependen en gran medida de este sistema para poder comunicarse entre ellas sin ser detectadas, pues pueden poner sus teléfonos en modo avión y conectarse al wifi satelital. Además, Starlink permite a los centros de mando tener una supervisión continua del campo de batalla, donde el acceso a internet puede ser irregular o inexistente.

Según afirman funcionarios ucranianos a The Washington Post, Zelenski salió de la llamada con la suposición de que Musk iba a unirse a las futuras conversaciones entre ambos jefes de estado, pero también en las llamadas entre Trump y otros líderes mundiales, jugando un papel en la política exterior.

De hecho, recientemente The Wall Street Journal reveló que también ha tenido un contacto regular y directo con el presidente ruso, Vladimir Putin, al menos desde el 2022, el año en el que Rusia invadió Ucrania y en el que Musk comenzó a proporcionar su sistema Starlink a Kyiv. Según confirmó el teniente general ucraniano Kirilo Budanov al mismo medio, el Kremlin también habría estado utilizando terminales de Starlink, aunque compradas a través de intermediarios, “desde hace bastante tiempo”.

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La cartera de empresas de Musk ya tiene una relevancia global, pero se espera que esta sea mayor cuando entre a formar parte de la Casa Blanca, el próximo 20 de enero. La red social X es muy influyente en el debate público, SpaceX está transformando la carrera espacial, xAI busca competir en el creciente mercado de la inteligencia artificial y Tesla en el de los coches eléctricos y autónomos. Si, en dos meses, Musk asume un cargo importante en la administración de Trump, los líderes mundiales tendrán un gran interés en conversar directamente con él sobre estos asuntos.

En el caso de Ucrania, Trump ha dicho públicamente que considera que su guerra con Rusia es imposible de ganar, por lo que cree, a la luz del estancamiento del conflicto, que no vale la pena mantener el fundamental apoyo que ha recibido Kyiv durante la administración de Joe Biden para resistir a la invasión.

El presidente electo prometió poner fin “inmediatamente” a la guerra y, de hecho, llegó a afirmar que lo haría “24 horas” después de ser elegido, incluso antes de su toma de posesión. Aunque no han trascendido detalles de la llamada con Zelenski, el presidente electo ha dicho que usará su “buena relación” con Putin para que ambos líderes lleguen a un acuerdo. Sin embargo, lo previsible es que un fin inmediato del conflicto implique la cesión de territorio por parte de Kyiv.

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Después de años evitando su implicación en la política, Musk abrazó públicamente el trumpismo tras el intento de asesinato al expresidente el 13 de julio en Butler (Pensilvania). Desde entonces, se volcó con su campaña, a través de sus publicaciones en X, de donaciones de hasta 130 millones de dólares a través de su comité de acción política (America PAC), de actos de campaña en Pensilvania y de sorteos diarios de un millón de dólares en los que incentivaba a los participantes a registrarse para votar en estados clave.

Ahora se dispone a recoger los frutos de esa fructífera alianza, con la que pretende ejercer una influencia más allá de su papel en la “auditoría del gobierno” y la recomendación de “medidas drásticas” para mejorar la “eficiencia de la administración” mediante la reducción del gasto público, que ha cifrado en 2 billones de dólares. El magnate ha apodado el organismo que se supone que liderará como “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, cuyo acrónimo en inglés es DOGE, el nombre de una criptomoneda con la que lleva años bromeando en las redes sociales.

The New York Times reveló ayer que Musk ya ha pedido a Trump contratar a varios empleados de su empresa SpaceX como altos cargos del Gobierno, incluyendo el Departamento de Defensa, que es uno de sus clientes, según dos personas informadas sobre sus llamadas.

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Irán ordenó matar a Trump

Antes de las elecciones

La fiscalía de Manhattan ha detenido a dos personas por planear el asesinato del expresidente, según 'The New York Times'

Donald Trump

Matt Rourke / Ap-LaPresse

Irán ordenó matar a Donald Trump, según publica este viernes The New York Times. El rotativo informa que la fiscalía de Manhattan investiga una conspiración para asesinar al expresidente que se habría producido pocas semanas antes de las elecciones del martes. Dos supuestos agentes iraníes están detenidos y un tercero se encuentra prófugo.

Uno de los implicados aseguró a los investigadores que la Guardia Revolucionaria de Irán les habría encomendado en septiembre pasado la tarea de acabar con la vida de Trump.

Los dos detenidos han sido enviados a prisión preventiva tras ser imputados por la fiscalía. Se trata de dos neoyorquinos: Carlisle Rivera, de 49 años, y Jonathan Loadholt, de 36. Mientras que el prófugo y responsable de la célula es el iraní Farhad Shakeri, de 51 años, que creen que ha huido a Irán.

Las imputaciones “exponen los continuos y descarados intentos de Irán de atacar a ciudadanos estadounidenses, incluido el presidente electo Donald Trump, otros líderes gubernamentales y disidentes que critican al régimen de Teherán”, afirmó Christopher Wray, director del FBI, que añadió que Irán “ha estado conspirando con criminales y sicarios para atacar y matar a tiros a estadounidenses en suelo estadounidense y eso simplemente no será tolerado”.

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Draghi activa el temporizador: “Con Trump, reformar la UE es más urgente”

Vuelco político en Washington

Los líderes europeos se comprometen a explorar nuevas vías para impulsar la competitividad del continente y hacer frente a gigantes como EE.UU o China

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán (derecha), ayer en Budapest con Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo

Akos Stiller / Bloomberg L.P. Limited Partnership

Cuando Mario Draghi dimitió como primer ministro de Italia, harto de las peleas internas en su propia coalición, prometió que estaba cansado de la política y que a partir de ahora iba a ser un jubilado que iba a dedicar sus días a hacer de abuelo. En lugar de eso, el expresidente del Banco Central Europeo tuvo que venir este viernes a Budapest a tirar de las orejas a los líderes europeos para recordarles que llevan aplazando demasiado tiempo las grandes reformas económicas que describió en su informe para relanzar la competividad europea. Ahora, con Donald Trump a punto de deshacer las maletas en la Casa Blanca, el temporizador ya se ha activado.

“Las recomendaciones de ese informe eran ya urgentes, teniendo en cuenta la situación económica en la que nos encontramos hoy. Se han vuelto todavía más urgentes después de las elecciones estadounidenses”, aseguró Draghi ante los medios de comunicación en su llegada al encuentro.

“Hay grandes cambios a la vista y Europa no puede posponer las decisiones”, afirma el expremier italiano

Las advertencias del italiano son muy claras. Como todos, cree que Trump provocará unas grandes diferencias en las relaciones entre Estados Unidos y Europa. Para empezar, porque su administración querrá impulsar más el sector tecnológico, donde ya hay una brecha mayúscula con la UE. También querrá proteger a las industrias tradicionales estadounidenses, que son a las que más exporta la UE, por lo que las negociaciones ante una posible guerra arancelaria no van a ser fáciles. En resumen, dice Draghi, “hay grandes cambios a la vista y lo que Europa no puede hacer más es posponer las decisiones”.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, llamó a Draghi para que explicase ante los líderes el informe en el que pide 800.000 millones anuales para relanzar la competitividad europea. El belga, que será sustituido en la reunión de diciembre por el portugués António Costa, quería dejar huella con una ambiciosa declaración de Budapest que encarrilase una de las mayores tareas pendientes de Europa: cómo reducir la brecha de productividad respecto a los grandes gigantes mundiales como EE.UU. o China. Sin embargo, el texto fue progresivamente vaciado de contenido en las sucesivas reuniones preparatorias porque muchos de los Estados miembros consideran que son temas demasiado sensibles como para apresurarse con el texto. Al final terminó siendo una declaración de intenciones basada en el espíritu del informe Draghi en la que, además de acordar impulsar medidas como reducir radicalmente las barreras burocráticas, se comprometían a explorar “nuevos instrumentos” para financiar la transformación económica, un proceso que “requerirá importantes inversiones” tanto públicas como privadas.

El problema no es que haya un desacuerdo sobre la receta que expuso el italiano en su texto de 400 páginas, es decir, las inversiones masivas en innovación, en la transición verde y en la industria de defensa, sino que todavía no se sabe cómo se puede financiar esto. Supone una inversión mayor que el plan Marshall para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial, una idea que afronta las resistencias de los países del norte, más inclinados por el regreso a la austeridad después de la inversión en los planes de recuperación tras la pandemia.

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Europa debe correr sola

Jordi Juan

El tema que más división genera es la emisión de deuda común, a la que se oponen países como Países Bajos, Austria o los nórdicos, pero sobre todo Alemania. El canciller Olaf Scholz no puede escuchar hablar de este debate cuando está con sus grandes problemas domésticos en casa. “El informe Draghi contiene “numerosas mejoras e innovaciones que Europa necesita”, indicó en Budapest, sin expresar la misma urgencia que otros de sus compañeros. Ni siquiera es necesario llegar a hablar de deuda común para encontrar divisiones. Por ejemplo, en la declaración de Budapest los mandatarios europeos se comprometen a avanzar en la unión del mercado de capitales, pero en los Veintisiete hay diferentes maneras de cómo estructurar estos pasos adelante.

En lo que sí están de acuerdo es que hace falta ponerse las pilas pronto. Según dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el anfitrión del evento en Budapest, se trata de hacer “Europa grande de nuevo”, dijo citando a su admirado Trump. Más o menos lo mismo piensa su homóloga italiana, Giorgia Meloni: “No preguntes qué puede hacer por ti EE.UU., pregunta qué puede hacer Europa por sí misma”. Von der Leyen sugirió una de las primeras maneras de convencer a Trump de evitar una guerra arancelaria: reemplazar el gas natural licuado ruso con el estadounidense.

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