Juan Clavero responde al otro lado de la línea de teléfono aunque bien podría estar ahora en la cárcel. De haber triunfado la emboscada que le tendieron, este histórico ecologista, antiguo director del parque natural de la Sierra de Grazalema, hubiera ido a dar con sus huesos en una celda. Ese era el destino que tenían pensado para él los cuatro individuos que, de forma concertada, colocaron en su coche una bolsa con 47 gramos de cocaína, según cree el fiscal del juicio que acaba de concluir en Jerez ante la Audiencia Provincial.