Para “Sen”, la calidad de vida (CV) está
relacionada con la capacidad para lograr
funcionamientos valiosos y es lo que logra
una persona como las opciones de elección.
Para “Calman”, la CV incluye impacto de
tratamientos y efectos colaterales; es buena
si las esperanzas y expectativas coinciden
con los logros. Además:
“Patrick”, sostiene que la salud influye en la
experiencia del cuerpo y la mente; para
especificar la influencia de salud en vida,
se utiliza el término de la CVRS.
Para “Brock”, la CVRS considera, cuando
se genera una discapacidad funcional, la
revaluación del plan de vida y el ajuste de
objetivos y expectativas. También, sostiene
que la autodeterminación y el control en
circunstancias adversas mantienen la
dignidad y calidad de vida; y por esto, la
medicina rehabilitadora busca ajustar
funciones primarias o redirigir planes de
vida.
No hay definición universal única de CVRS,
representa efecto funcional de enfermedad
y tratamiento.
La FDA y la EMA evalúan beneficios y
riesgos de tratamientos, interesados en
“resultados reportados por pacientes”
(RRP), los cuales captan la percepción del
paciente sobre su salud y tratamiento.
Para la FDA incorporar la perspectiva del
paciente, da un panorama completo de la
salud y efectos del tratamiento.
Las evaluaciones de CVRS guían a
cambios en el tratamiento, ya que capturan
el impacto en la vida diaria del paciente,
orientando a decisiones médicas.
La CV es subjetiva, y se relaciona con metas y
objetivos personales.
La enfermedad y los tratamientos modifican
los objetivos y expectativas.
Se necesitan acciones para disminuir la
brecha entre expectativas y realidad
Luego de lograr los objetivos, vuelven a
aparecer otros nuevos.
La CV mide diferencias entre esperanzas,
expectativas y experiencias reales.
La “OMS” define calidad de vida como “la
percepción de los individuos de su posición
en la vida en el contexto cultural y sistema
de valores en que viven.
En los años 90, “Wilson y Cleary” observan aumento de medidas de CVRS en ensayos clínicos
y evaluaciones de servicios de salud, por lo que analizan la interrelación entre intervenciones
clínicas y efectos en CVRS, en la función física, y salud mental.
Parten de 2 modelos conceptuales de salud: el paradigma clínico (biomédico) y el paradigma
de calidad de vida (ciencia social); y proponen modelo integrador, con un enfoque
biopsicosocial basado en mediciones de salud desde la complejidad biológica, social y
psicológica, interactuando factores ambientales como personales.
El modelo propuesto en la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF) y aprobado
por la OMS, integra el funcionamiento humano en todas sus dimensiones (estructuras
corporales, limitación de actividades y restricciones en la participación.