Lo que definió a la Dra. Laura Salazar actual —porque hay un antes y un después que marcaron su vida—, fue la aceptación que tuvo de su sexualidad: “Soy una mujer lesbiana, así que antes de permitirme explorar mi sexualidad, realmente era una médica más que no la exploraba, que no hablaba de este tema con sus pacientes, que no indagaba y a quien le daba miedo preguntar cosas íntimas”, me cuenta.
Esta parte de la sexualidad también fue un parteaguas para Salazar, por eso, desde pequeña, siempre se sintió interesada en el tema, solo que con muchas limitantes, ya que creció en una familia muy conservadora. La doctora me comenta que antes de asumir su sexualidad tenía el pelo superlargo y siempre intentaba ser muy femenina: “Desde chiquita fui masculina, solo que esa parte se me suprimió, mi familia y la sociedad me dieron a entender que eso no estaba bien, entonces pretendía ser femenina y salía mucho con hombres. Yo no sabía que era lesbiana, me di cuenta hasta los 23 años. Antes de eso tenía esta preocupación constante de casarme. Antes de descubrir que era lesbiana, mi objetivo era encontrar un esposo, no me visualizaba sola en el mundo, siempre era de la mano de un hombre”.
Cuando por fin se enamoró de una mujer, Laura estaba negada a ser lesbiana e incluso comenta