Desde que hace casi una década Carles Puigdemont irrumpió en nuestras vidas no hemos tenido un momento de sosiego. Sistemáticamente vino alterando y tensionando la ya nada estable vida política y social en una permanente
Desde que hace casi una década Carles Puigdemont irrumpió en nuestras vidas no hemos tenido un momento de sosiego. Sistemáticamente vino alterando y tensionando la ya nada estable vida política y social en una permanente