Madrid según se mire
Recuerdo que cuando yo tenía trece años mi hermano, que me lleva cinco, se mudó a Madrid para hacer la carrera. Para situarnos: estoy hablando del año 1987. Historia antigua. Mi hermano alquilaba, con un amigo marroquí y otro canario, un piso destartalado en San Blas, barrio que no le pareció muy diferente a la margen izquierda del Nervión de la que provenía: chavales devastados por la heroína que se movían como zombis; calles sucias y casas angostas de cuyas ventanas surgían olores a aceites reusados y una mezcla de sonidos: Los Chichos, Leño, Barricada, algún grito que otro; cuando un vecino se enteró de que era vasco, en vez de insultarle como era la costumbre, le dijo que si él pudiera votaría a Herri Batasuna porque mataban a guardias civiles y policías.
España se rompe... por Madrid, en tintaLibre de enero
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