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Redacción | RCG Media

20 julio 2021, 5:47 pm

Mira 'Un Día de Vida' la película mexicana que conquistó la ahora inexistente Yugoslavia
Hubo una vez un país llamado Yugoslavia que a finales de los años 40 se convirtió en uno de los mercados más importantes para el cine mexicano de la llamada Época de Oro.

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Yugoslavia, que luego de la Segunda Guerra Mundial quedó detrás de la "cortina de hierro" bajo la bandera del comunismo, en 1948 tuvo la osadía de insubordinarse al liderazgo político-ideológico de la Unión Soviética.

Habrá que pasar de largo los detalles del conflicto, tan intrincados como extensos. Pero fue una crisis que enfrentó al entonces presidente yugoslavo, el mariscal Josep Broz, "Tito", con el todopoderoso José Stalin.

Como resultado de aquella crisis, el régimen de Tito tuvo que resolver un dilema que a la distancia parece irrelevante, pero que en su momento fue un tema de debate político: qué proyectar en sus salas de cine que no fueran las "adoctrinantes" películas soviéticas o las "imperialistas" producciones de Hollywood.

La solución la puso sobre la mesa Moša Pijade, un guerrillero comunista serbio, traductor de El Capital al serbocroata y pintor que había pasado por París en sus años de estudiante de artes.

En la capital francesa, al parecer, Pijade había conocido algunas cintas filmadas en México y le pareció pertinente proponer que Yugoslavia importara aquel cine que había conocido en su juventud.

Así comenzó la "invasión" del cine mexicano a la entonces Yugoslavia, que se extendió después hacia la música con el llamado género "yu-mex", una combinación de música ranchera y mariachi, adoptada por los yugoslavos al punto de convertirse en uno de los géneros favoritos del propio mariscal Tito.

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Yugoslavia fue el ejemplo. Entre la larga lista de películas mexicanas que se proyectaron a lo largo y ancho de su territorio, una en particular se arraigó en el gusto de aquel país: la cinta Un día de vida, dirigida en 1950 por Emilio "El Indio" Fernández y protagonizada por Columba Domínguez, Roberto Cañedo y Fernando Fernández.

Esta película pasó casi desapercibida por las pantallas mexicanas, a diferencia de otras del mismo director que sí tuvieron un rotundo éxito internacional. Entre ellas María Candelaria (1943), protagonizada por Dolores del Río y Pedro Armendáriz, que en 1946 ganó el premio Palma de Oro del Festival de Cannes.

"Entre 1952 y 1953 se proyectó en Zagreb (capital de Croacia) al menos 200 veces de forma ininterrumpida", asegura el músico y editor discográfico croata Sinisa Skarica, en el documental Yu-Mex, dirigido por el escritor esloveno Miha Mazzini, autor también de la novela "Paloma Negra", ambientada en la época dorada de la música "yu-mex".

"Toda Yugoslavia lloró" con aquel drama ambientado en la Revolución mexicana, relató la pintora y poeta serbia Ljubinca Siba Fimic al periodista mexicano José Juan de Ávila, al recordar la primera vez que vio la cinta en su estreno, en 1952.

"Entre 1952 y 1953 se proyectó en Zagreb (capital de Croacia) al menos 200 veces de forma ininterrumpida", asegura el músico y editor discográfico croata Sinisa Skarica, en el documental Yu-Mex, dirigido por el escritor esloveno Miha Mazzini, autor también de la novela "Paloma Negra", ambientada en la época dorada de la música "yu-mex".

"Toda Yugoslavia lloró" con aquel drama ambientado en la Revolución mexicana, relató la pintora y poeta serbia Ljubinca Siba Fimic al periodista mexicano José Juan de Ávila, al recordar la primera vez que vio la cinta en su estreno, en 1952.

Ambientada en 1919, ya durante el ocaso de la Revolución mexicana, aquella periodista llega a México para conocer la situación del país y escribir un libro.

Sus días coinciden con la trágica suerte de Lucio Reyes, un combatiente que será fusilado por defender la causa zapatista y sublevarse por la traición y el asesinato de Emiliano Zapata.

Su muerte significará dejar sola a su madre, Mamá Juanita, a quien podrá abrazar una última vez en la víspera de su fusilamiento, luego de que el general Felipe Gómez –su amigo de la infancia–, le permite visitarla en la celebración de su Santo.

Lucio no llegará a tiempo para cantarle, como cada año, la tradicional canción de Las mañanitas, que suena para Mamá Juanita mientras ella guarda la esperanza de ver por última vez a su hijo, que morirá por sus ideales revolucionarios.

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"Mire, Belén. Esto es México. Hace nueve años que estamos luchando por una causa y todas las grandes causas son duras y tardan en triunfar. 'Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre', escribió Martí, recuérdelo", le dice Lucio Reyes a la periodista cubana, cuando se entrevista con él.

Junto con la cinta, que se convirtió en un clásico en Yugoslavia, este país del este europeo adoptó también la canción de Las mañanitas, que en México se entona con motivo de los cumpleaños y los yugoslavos adoptaron para la celebración del Día de la Madre con el nombre de "Mamá Huanita", de acuerdo con Robert Irwin, profesor de la Universidad de California y coautor del libro Cine mexicano global: la edad de oro del cine mexicano.

Un día de vida fue la joya de la corona del cine mexicano en Yugoslavia. Todavía hoy, en ese país ahora dividido en seis naciones (Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, Macedonia) y una zona autónoma (Kosovo), su influencia y gusto se mantiene.

La Cineteca de Belgrado, hoy capital de Serbia, guarda además la única copia original de Un día de vida, cinta que desapareció de la memoria cinematográfica en México, durante el incendio de la Cineteca Nacional en 1982.

Así fue como el cine y la música tradicional de México conquistaron la Yugoslavia de Tito, colándose en los entresijos de la Guerra Fría.

Con información de INFOBAE

Si quieres ver Un Día de Vida, te dejamos el link aquí abajo.

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