Urnas destruidas a golpes con extintores, paredes rotuladas con mensajes y dibujos obscenos, aves desplumadas y así hasta enumerar una larga lista de desperfectos. La sede del Museo del Calamar Gigante de Luarca o lo que quedaba de ella, tras el temporal del pasado 31 de enero, está arrasado por unos vándalos que accedieron a las instalaciones este pasado fin de semana. El gerente del Cepesma, coordinador del Museo del Calamar, ve en este acto la gota que colma el vaso en una sucesión de desgracias para el museo que culmina con su destruccción "a propósito". Laria asegura que "para mejorar la situación, amparados en las desgracias, alguien disfrutó de lo lindo arrasando lo que quedaba en el Museo del Calamar, rompiendo todo lo que encontraba a su paso: urnas, mobiliario, paredes, elementos expositivos, utilizando con fuerza los extintores, piedras y botes de pintura para rociarlo todo".
No solo eso, los vándalos se llevaron televisiones y un deuvedé "dejando tambien su calidad creativa y artistica en cristales, paredes y todo lo que encontraron" en alusión a las pintadas con formas de genitales aparecidas en las parees. "Les damos las gracias, sin duda a los muy pocos ( pero que los hay) y que muchos sabemos quienes son en Luarca que desean la desaparicion de éste museo y del propio CEPESMA, ya no solo critican, sino que se ponen a la obra, les invito a que me ataquen a mi directamente, a la cara y lo que es de Luarca como en éste caso, la museística la respeten si quieren, sino que lo arrasen todo lo más pronto posible", comenta Laria desmoralizado. Entre las piezas que da por perdidas tras este ataque figura un tiburón marrajo de cien kilos que se encontraba en una de las urnas más valiosas de la exposición. La Policía Científica investiga el suceso.