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Todavía no sabemos si Rusia ha decidido intervenir en las elecciones madrileñas ni a favor de quién lo haría
Vladimir Putin, presidente de Rusia.
«Ante los indicios de que Rusia puede estar interesada en influir en los comicios, habrá que recurrir al viejo lápiz y al papel para contar los votos», afirmó el ministro del Interior holandés, Ronald Plasterk, en vísperas de las elecciones de 2017. Y, efectivamente, el Consejo Electoral de los Países Bajos decidió contabilizar manualmente los votos y, además, comunicar los resultados por teléfono, no por ordenador. Los ciberataques de los hackers rusos, bien a izquierda, bien a derecha, según l
Ayuso se desmarcó del "circo" en el que pretenden convertir la campaña Unidas Podemos y Vox
El líder de los socialistas madrileño, Ángel Gabilondo.Chema MoyaEFE
Un partido de tan dilatada historia como el PSOE no debería despreciar las enseñanzas del pasado, sino rescatar de ellas todo lo que pueda servir en el presente para evitar cometer los mismos errores fatales. Hace solo unos días, coincidiendo con el 90 aniversario de la proclamación de la Segunda República, el presidente Sánchez, desde la tribuna del Congreso, sede de la soberanía nacional, pretendió incorporar la herencia de aquel malogrado régimen a su programa identitario, sin hacer previa
mente un análisis crítico de lo que significó el fracaso de aquella experiencia para la reciente historia de España.
En aquellos años, los valores liberales comenzaron a ser postergados en favor de una radicalización, a izquierda y derecha
, que terminó por convertir las palabras que servían para el diálogo en los puños que protagonizarían una confrontación fratricida de tres largos años. Por desgracia, y sin querer establecer ningún paralelismo, porque la Historia nunca se repite de la misma forma, hoy el PSOE está cometiendo el mismo error al dejarse contaminar por el discurso extremo y disolvente que Pablo Iglesias intenta imponerle. El líder socialista madrileño,
Ángel Gabilondo
, que al comienzo de la campaña era el candidato que mostraba un perfil más moderado y de corte socialdemócrata, ha optado por dar un giro a su estrategia y apostar por la polarización. Para ello, movilizó ayer a
Grande-Marlaska
, el ministro que, con su política de acercamiento de presos, mejor simboliza la alianza del Gobierno con EH Bildu, y que con destituciones de mandos como
López de los Cobos
, aspira a congraciarse con los independentistas catalanes. Por si no fuese suficiente, Gabilondo se hizo acompañar también por el más genuino representante del corrosivo populismo televisivo,
Jorge Javier Vázquez
.
Por contra, en un ejemplo de responsabilidad políticas,
Díaz Ayuso
se desmarcó ayer del "circo" en el que pretenden convertir la campaña Unidas Podemos y Vox, una actitud que fue refrendada por
Pablo Casado
en el mismo acto, cuando afirmó que en el PP no quieren "ni piedras ni balas. Ni amenazas ni insultos. Ni boicots ni cordones sanitarios. Queremos concordia y paz civil. No está España para garrotazos".