San José, Costa Rica, Sábado 19 de mayo de 2012, 17:59:47.
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EDITORIAL

QUEDAMOS EN EVIDENCIA POR PAUL WATSON

La noticia le dio la vuelta al mundo, las agencias internacionales dieron a conocer que el famoso ambientalista canadiense Paul Watson estaba tras las rejas, y todo por una solicitud de captura girada desde el año 2011 por Costa Rica. Las reacciones no se hicieron esperar desde Sean Pean, el reconocido actor de Hollywood, hasta Brigitte Bardot, ambos donadores de dinero a las campañas que este hombre ha lanzado en todo el orbe en protección de las ballenas y rechazando contundentemente la pesca ilegal.

La detención de Watson obedece a una denuncia interpuesta por ocho pescadores nacionales que aseguran haber sido agredidos por el extranjero, quien para el año 2002 realizaba uno de sus reconocidos viajes de vigilancia marina y detección de barcos piratas mientras de paso filmaba un documental sobre la pesca ilegal.

Al parecer, y de acuerdo a la versión de los ticos, Watson y su equipo de trabajo los abordaron intempestivamente y en vez de auxiliarlos pues estaban varados, casi propician un naufragio. Ellos lo han denominado como un ataque directo. El ambientalista, que ya tiene abogado acá, mantiene la tesis de que la embarcación Varadero I pescaba de forma ilegal en agua de la región y por eso los “emboscaron”.

Todo está ya en manos de la administración de justicia costarricense y será, si es posible, ventilado ante un Tribunal, esto hasta que se coordinen los detalles de una probable extradición, lo cual podría tardarse al menos tres meses.

Pero lejos del resultado al que lleguen los señores jueces, lo más preocupante de este caso no es la disputa entre marineros, pues evidentemente cada quien defenderá su punto. No podemos negar que el asunto nos bajó tres puntos en el ranking, pues el guerrero de los océanos, ahora lanza acusaciones sobre prácticas ilegítimas de pesqueros nacionales. Y la verdad tienen toda la razón.

Y con esto no decimos que uno tenga la razón o no, o que efectivamente los métodos usados por el canadiense son temerarios o consecuentes con la causa. Lo cierto es que una vez más Costa Rica queda en evidencia ante los ojos del mundo en el tema de la pesca ilegal e indiscriminada. Esto es un secreto a voces, las embarcaciones nacionales han sido detenidas en flagrancia en aguas ajenas “robando”, pues esa es la palabra más popular, las riquezas del mar.

Basta echar una mirada meses atrás, tres navíos nacionales fueron capturados en Colombia cargados de peces y tripulantes que operan ilegalmente. Fue necesario hasta una visita oficial de las autoridades de ese país para discutir el problema que parece ir en crecimiento.

Lo mismo ha sucedido en lugares como Ecuador o Guatemala en este caso específico, pero eso es frecuente aunque queramos taparlo.

Es vergonzoso, Costa Rica se jacta a nivel mundial de ser uno de los férreos luchadores del medio ambiente, de forjar políticas tendientes a disminuir el impacto ecológico y conservar la vida verde, sin embargo, no ha sido suficiente.

Queda un gran trabajo por hacer, la protección al medio ambiente del planeta no solo se dice ni se escribe en cartas y acuerdos internacionales, se ejecuta y ese debe ser nuestro estandarte. Bien lo dice el dicho, se predica con el ejemplo.

Las autoridades han permitido que en aguas nacionales naveguen y pesquen con las peores prácticas flotillas extranjeras. Peor aún, esos barcos ingresan a territorio nacional cargados de foráneos que en la mayoría de las ocasiones no están al día con el asunto migratorio y para terminar de rematar son sometidos a condiciones laborales degradantes.

Sobrada razón tienen los marineros ticos de quejarse, pues estos pesqueros inmensos, que es evidente son de empresas con bastante dinero, barren la especie marina permitida para pescar, pero también arrollan con lo que a su paso está.

Ya es hora de poner el dedo en la yaga y dejar de lado los intereses de unos cuantos. Urge ponerse en orden con una ley más estricta y además con políticas reales en favor de la pesca sostenible y sustentable, no de la masacre que no solo en aguas ajenas se da, sino en las nuestras y a simple vista.

Hoy la mira del mundo entero está sobre Costa Rica de nuevo. La detención de Watson nos dejó al descubierto y eso hay que afrontarlo. Aunque para muchos el fin del ambientalista no justifica los medios, en este caso nos cayó como anillo al dedo.